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Entrevista a Jesús Callejo para Conciencia Global



Juan Miguel Cuenca

27/07/2018



http://www.micinexin.net/
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JESÚS CALLEJO CABO
Licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid. Tras ejercer varios puestos en la Administración Pública en materias jurídicas, pidió la excedencia voluntaria y desde entonces se ha dedicado en cuerpo y alma a viajar por España y el resto del mundo, a escribir libros, a publicar artículos, dar conferencias y convertirse en un divulgador e investigador de la historia más insólita. Es miembro del programa La Rosa de los Vientos, en Onda Cero Radio, colaborador de Cuarto Milenio y tiene en su haber una treintena de libros sobre seres y lugares en los que casi nadie cree, viajes mágicos por los mundos visibles e invisibles, enigmas de la literatura, de la historia y la intrahistoria, el origen sagrado de las fiestas populares y, en general, sobre leyendas y tradiciones de plantas, de bichos y de criaturas mitológicas que forman el germen de un conocimiento ancestral.
 
Algunos de sus libros son: Guía de los seres mágicos de España (Duendes, Hadas y Gnomos)Enigmas LiterariosBreve historia de la brujeríaSecretos medievales, Las profecías del Tercer Milenio y Fiestas Sagradas.

Además, es colaborador habitual de las principales revistas especializadas del sector como son “Año Cero”, “Historia de Iberia Vieja”, “Enigmas del Hombre y el Universo” y “Más Allá de la Ciencia”.
 
¿Cuantos libros tienes publicados?
Ya son unos cuantos. Como autor único y en colaboración con otros autores, unos 30.
 
¿Podríamos decir que tus libros se enmarcan dentro de lo mágico, lo insólito, dentro de la investigación por las cosas que no se ven, que no se tocan?
Todos mis libros tienen un denominador común: se adentran en el mundo de lo mágico, bien sea buscando personajes élficos y mitológicos, lugares de poder, plantas consideradas sagradas o rebuscando entre la historia más insólita. Parto de la base de que no sólo es real aquello que se puede ver y tocar, sino que hay otras entidades y realidades más sutiles e invisibles que nos rodean y que siempre han estado aquí con nosotros. Como decía Conan Doyle, existe una población tan numerosa como la de la especie humana y que se distingue de nosotros por la simple diferencia de la frecuencia de sus vibraciones. Y ya sabemos, gracias a los astrofísicos, que todo en el universo vibra.
 
En el libro “El alma de las flores” qué es lo que quisiste transmitir y qué es lo que entiendes por alma?
Considero que, al igual que pasa con los seres humanos y los animales, también las plantas tienen su personalidad e individualidad. Por una parte, pertenecen a un alma grupal como especie, pero, por otra, cada una de ellas posee su esencia, sus sentimientos, su alma, esa que si eres capaz de conocer te puede transmitir sus secretos más profundos, entre ellos los terapéuticos. En las culturas de tradición no se talaba un árbol o se arrancaba una planta sin pedir permiso a su espíritu y explicarle para qué iba a ser destinado. Lo resumió en su día el jefe indio Seattle al presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, en 1885: "Lo que hagáis a la Tierra se lo estáis haciendo a los hijos de la Tierra".
 
¿Curan más y son más beneficiosas las plantas que tienen las características de la sutileza y alma?
Hoy los botánicos saben que no existe en el mundo ninguna planta superflua. Todas tienen su función, su virtud y su propósito. Nada es casual en la naturaleza. Deforestar el Amazonas es más que cargarse el pulmón del planeta, es privar a la humanidad de los secretos botánicos que albergan muchos de sus árboles. De la corteza del sauce blanco sale uno de sus principales componentes, la salicina, que sirvió hace unos años para crear la aspirina. De la salvia, la verbena, el romero, el muérdago o el aloe vera se dice que son antibióticos naturales, curalotodos o panaceas para muchas clases de enfermedades que afectan al hombre. Muchas de ellas recibían el sobrenombre de “hierba para todos los males”. El médico suizo Paracelso y el biólogo Erasmo Darwin no tenían ningún problema en asegurar que la planta estaba dotada de un alma. Paracelso incluso trató de aislar el "alma" de los vegetales, la quintaesencia de las flores, de la cual, según él, irradiaba sus virtudes medicinales, que sería el antecedente de los actuales elixires florales.
 
¿En tus viajes por el mundo insólito que nos destacarías?
La verdad es que he viajado mucho tanto por España como por el extranjero en busca de esos lugares cargados de historia, de leyendas y de magia. Y tengo mis sitios favoritos, como no, donde suelo volver con frecuencia. En España la lista sería muy larga pues hay que distinguir entre lugares naturales (como cuevas, montañas o bosques) y monumentos construidos por el hombre (ermitas, catedrales, dólmenes…) pero lo mejor es cuando se dan esos dos factores juntos: un templo construido en un lugar geográfico que siempre ha sido considerado sagrado por todas las culturas que han pasado por allí. Ocurre con Montserrat, con la ermita de San Bartolomé en el Cañón del Río Lobos o con Alcalá del Júcar, por citar tres ejemplos. Fuera de España he visto lugares tan impresionantes como Machu Picchu, los templos de Meteora en Grecia, las ciudades subterráneas de Capadocia en Turquía, las pirámides de Egipto o la Quinta Regaleira en Sintra. Pero de nada sirven estos enclaves si no vas preparado, es decir, si estás “dormido” a sus encantos, si no eres consciente del misterio y la magia que se destila en cada uno de ellos. Como dice el dicho: “hay que saber mirar”.
 
En estos tiempos aparece en el mundo un nuevo despertar. Movimientos juveniles, indignados, preocupados, etc. Que quisieran cambios en el mundo. ¿Crees que obedece a un despertar de la conciencia y que podría tener que ver con las profecías conocidas?
 
Son épocas de cambio y eso se nota. En la historia de la humanidad ha habido otras y siempre obedece a unos patrones parecidos. Si en el universo todo vibra, eso hace que nada esté inmóvil, que siempre haya cambios. Y ahora creo que estamos en los umbrales de un cambio de paradigma. Los cambios nunca se producen de la noche a la mañana, sino que están unidos a un cambio de consciencia. En este caso, la causa no es la opresión de un dictador o la peste o la hambruna, ahora el cambio se produce por un despertar espiritual. La mayoría de los jóvenes no están satisfechos con este modelo religioso, político y económico que les ha tocado vivir y buscan algo que dé un significado a sus vidas. Ese es el caldo de cultivo del cambio, que siempre empieza por uno mismo y termina contagiándose al resto del mundo. A veces todo es tan sencillo como empezar el día con una sonrisa. Esa es una forma de despertar, de ser consciente, de vivir con plenitud. En cuanto al tema de las profecías, desde mi punto de vista no es una cuestión de fechas sino de actitud y de enfoque.      
 
¿Que consideración te merecen los valores actuales y que echas de menos en el mundo actual?
La crisis de valores ha sido una constante en todas las épocas porque el mundo funciona de manera pendular. Se pasa de un extremo a otro, pero en el medio siempre está el equilibrio y la virtud. Cuando se está en uno de los extremos los valores sufren o se desvirtúan por exceso o por defecto. Para saber lo que queremos es necesario saber lo que somos. Echo de menos la moderación y la tolerancia. Porque es muy fácil ser radical. Ver las cosas de manera dual. Lo difícil es saber qué hacer en cada momento, saber tomar la decisión correcta en cada elección que la vida nos propone. Por encima de los valores convencionales que cada cultura ha establecido están los “valores cósmicos o espirituales”, esos que son de obligado cumplimiento creas o no creas en ellos y no son precisamente los Diez Mandamientos del judeocristianismo ni los quince valores islámicos esenciales ni las cuatro nobles verdades del budismo. Me refiero a otra cosa y para entenderlo tienes que buscar dentro de tu corazón.
 
¿En qué estás trabajando en estos momentos?
Estoy preparando un artículo que he titulado “Reglas para ser feliz”. En el fondo, ser feliz está al alcance de nuestra mano porque no es una meta o un objetivo a alcanzar sino un estado de ánimo. Y todos tenemos las claves y las reglas para serlo, pero se nos olvida. Por eso creo que es bueno recordarlo de vez en cuando y eso es lo que intentaré hacer: recordar a los lectores, a través de una serie de ejemplos o de cuentos iniciáticos, que estamos aquí, en este planeta, para ser felices.
Creo que todos formamos parte de un proyecto global que nos trasciende y muchos tal vez no quieren darse cuenta de ello. Da igual. La mayoría de las actividades las hacemos de manera inconsciente y funcionan. Todo en esta vida obedece a un propósito y por eso no será casual que quien en este momento esté leyendo esta entrevista, se le active un resorte mental gracias al cual empiece a ver las cosas de otra manera. Con otro enfoque. Como decía Antonio Machado: “El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve”. Tenemos todo a nuestro alcance, como si fuera un árbol con frutas, sólo hay que saber verlo, recogerlo y saborearlo.




              



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