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Emotivo encuentro con las vacas de un cercado

Cuando veamos un animal, veámoslo como un ser que debemos respetar y admirar



Francesc Miró Cardedeu

11/05/2017



Hace unos años que estoy jubilado, lo que me ha propiciado a efectuar unos cambios en los hábitos que antes tenía. Uno de ellos es el senderismo, que practico asiduamente, por los entornos de mi vivienda habitual. Soy afortunado porque está rodeada por hermosos parajes y espacios llenos de naturaleza viva.
 
Los bosques, las granjas, las masías, los huertos, los campos sembrados, etc. son los espacios habituales, que se aparecen en el transcurso de mi de caminar, también encuentro otros senderistas, ciclistas, etc. también me acompañan el canto de los pájaros, el crujir de los árboles, la cháchara con el payés de turno, pero sobre todo el silencio, esa solitud que me concede todo lo que me rodea.
 
Son esos momentos que me transportan a mantener el  diálogo con mi interior, me avoca a expresar mis sentimientos más íntimos, a veces incluso en voz alta, estos resuenan y permanecen en todo mi entorno.
 
Hoy no ha sido una excepción, he vivido una situación que tenía deseos de compartirla con vosotros, ha ocurrido que al pasar por delante de una granja dedicada a la explotación ganadera, me he parado frente a un cercado de unos 6 x 6 m. en que habitualmente hay 5 vacas, siempre están allá, yo creo que no salen de ese recinto para nada, el estado higiénico podéis haceros una idea, en 36 m2, no pueden moverse prácticamente, eso si, la comida no les falta, pero el mugre es abundante, así es que me he parado frente a ellas a unos 10m.
 
Estaban todas estiradas, en aquellos momentos me ha venido a la mente las escenas de un video en que se mostraba a unas vacas pastando tranquilamente en gran un prado y de repente unos músicos se acercan a la valla y se ponen a interpretar swing, lo que provoca que las vacas que estaban dispersas, se van acercando poco a poco hacia la valla, la que separa los músicos de ellas, al final todas, pero todas, acaban situadas en fila india delante de la valla, quietas, y atentas escuchando la música, como espectadoras excepcionales.
 
Así que se me ha ocurrido, que yo también podía comunicarme con ellas y transmitirles esa tranquilidad que la música les proporcionó a las del prado, ahora he pensado que seria diferente, pero igual de efectivo, a base de enviarles pensamientos y palabras nobles, amor, agradecimiento, compasión y comprensión, les doy las gracias por el sacrificio que estaban haciendo, en las condiciones en que se encontraban incluso sabiendo el destino que ya les era conocido, así que les mostraba mi gratitud por ese sacrifico, practicado durante tantos eones, con tanto sufrimiento, tanta ingratitud, además el maltrato constante que les hemos dado.
 
La energía que les iba trasmitiendo la han ido captando de tal manera que poco a poco se han ido levantando una a una y se han situado delante del cercado mirándome, estaban muy atentas, sólo les faltaba hablar, pero no hacia falta, ellas han captado y celebrado el mensaje. Así es que he continuado enviando más y más amor,  más y más  comprensión, más y más gratitud, la comunicación era mutua, ellas me correspondían y se me mostraban agradecidas, ese es el sentimiento que he percibido, ese es el recuerdo que me queda para siempre.
 
Maltrato animal
 
Durante el camino, me ha llegado a la mente otro video que vi sobre el maltrato a los animales, concretamente una imagen de un ganadero muy enfadado pegándole con un palo en el hocico a una vaca que había enfermado, (producida por la  extracción industrial de la leche, por medio de esa especie de enchufes que se les pone a los pezones y que muchas veces se ven obligados a inyectarles antibióticos, por las infecciones que se producen), por lo tanto no le proporcionaba la leche que había previsto. El pobre animal, retrocedía hacia la pared, aunque no tenía espacio, el agresor con furia y fuera se sí, se encarnizaba con  ella, no podía protegerse, retrocedía, para evitar la paliza del energúmeno, eso me ha recordado lo que había vivido momentos antes.
 
La comunicación que había mantenido, la correspondencia de ellas, me ha provocado un sentimiento muy profundo de amor, de unión y compasión, lo que me he sentido profundamente emocionado, de tal forma que he empezado a sollozar, a sentirme uno con ellas, me caían las lágrimas, no podía parar, así en medio de los sollozos, pedía perdón y volvía a mostrar mi gratitud hacia ellas.
 
Pienso que los animales no son seres inferiores, no, no, son seres diferentes, igual que somos los humanos, pero todos formamos la Unidad, todos estamos en ella, cada ser está realizando sus propias experiencias, todos somos una pieza de ese gran puzzle, todos tenemos un encaje y forma diferente, ellos los animales están en armonía, igual que lo están los árboles, las flores, etc.,
 
El ser humano tiene consciencia de ser, tiene el libre albedrío, puede decidir, así es que, cuando veamos un animal el que sea, veámoslo como seres que debemos respetar y mostrarles nuestra admiración, ellos lo agradecerán, seguro que así será.
 
 




              



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