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Un día sin luz o un día de conciencia



Varios autores

04/05/2025

El lunes 28 abril de 2025 comenzó como cualquier otro día de primavera, soleado con ligera brisa, para disfrutarlo.



Emi_Observadora Consciente - ALMERIA

Foto de Антон Дмитриев en Unsplash
Foto de Антон Дмитриев en Unsplash
Los lunes tengo el turno de tarde en el trabajo por lo que almorzamos temprano, sobre las 12h puse a calentar a fuego lento la comida en la vitro cuando a las 12.15 – 12:30 de pronto nos quedamos sin luz. Pensé que era algo, como otras veces, pasajero, cuestión de minutos, al venir mi hijo y comentárselo me dijo que no funcionaban los semáforos y Juan, mi marido, que había salido a hacer una gestión regresó diciendo que no había podido terminarla. Y después comprobamos que los móviles y los datos desaparecieron y solo era posible hacer llamadas de emergencia.
 
Mi hijo, que tenía que volver a su destino, dijo de esperar a que volviera la luz ya que las gasolineras posiblemente tampoco funcionarían.
 
Al llegar al trabajo en el Centro de Salud, todo sin funcionar: ordenadores y ello implica que no se puede hacer ninguna gestión como expedir un parte de baja, una simple derivación a otro lugar, ni una receta. Éstas solo podían hacerse de forma manual, pero eso tenía el inconveniente de que no constaba en ningún sitio, ni los usuario/a podían contactar con nosotros ni nosotros/as con ellos; un día atípico, solo urgencias.
 
Menos tráfico de lo común y el sonido de las sirenas también aumentó.
 
Eso sí fui a comprar unas velas para la noche y solo quedaban dos en el supermercado, una para mí y otra para mi compañera, habían arrasado con todo, me pregunté: ¿no será esto una nueva pandemia?
 
Al salir del trabajo a las 20h, aun de día, hacía una tarde buenísima. Algunas personas estaban tomando el fresco sentadas en la puerta de sus casas escuchando la radio, a pilas, las últimas noticias acontecidas… otras hablaban, (me gusta observar cuando voy andando) y decían: “es que no se puede uno fiar, por los teléfonos móviles nos tienen controlados, nos cogen información de donde estamos, y que es lo que hacemos, teníamos que habernos quedado con los móviles antiguos solo para llamar y que nos llamen.”
 
Lo que me sorprendió más fue cuando al pasar por un parque de camino a casa, había bastante gente charlando, niños jugando en la pista de baloncesto, personas mayores y no tan mayores paseando a sus mascotas y charlando entre ellas de forma animada y poniendo atención en el otro, en los otros y en sus mascotas.
 
Sin tener esa mirada puesta fija en una pantalla, como es habitual de un tiempo a esta parte, con la cabeza gacha, sin saborear el momento y la compañía con otros seres codo con codo, o mano con hombro.
 
Entonces me di cuenta de lo que esa experiencia inesperada me proporcionaba: la oportunidad de vivir un momento de conciencia y de saber el beneficio que tenemos con todos estos adelantos a la hora de comunicarnos con otras personas que queremos y que están lejos, pero también saber poner límite a esos mismos adelantos, no perder la perspectiva, no deteriorar la comunicación sustituyéndola por acciones tecnológicas… En definitiva, recuperar la atención con los más cercanos.

Cambio de percepción de la realidad - Rafa_Maestro Hechicero - GRANADA

¡Atención! ¡Atención!
 
¡Habrá que estar muy atentos! Igual estamos al comienzo de una nueva pandemia. La gente empieza a considerar que pararse por la calle para hablar con los convecinos no es, para nada, perder el tiempo. Se preguntan de verdad cómo está el otr@. ¡Si hasta se sonríen cuando, en la distancia, se saludan unos a otros!
 
Se está volviendo una situación incontrolable. Las autoridades redoblan sus esfuerzos con campañas de todo tipo para que vuelva el ambiente de miedo y crispación. Nunca se les ha visto tan nerviosos como ahora. Mientras tanto ha empezado a soplar un viento del sur, cálido, que invita a compartir alegría y esfuerzos. Parece ser que viene cargado de moléculas que activan las células y las predisponen hacia el cambio.
 
Tod@s abandonan el dicho de "madrecita, madrecita, que me quede como estoy" y empiezan a caminar sus nuevos senderos; con pasos vacilantes al principio, esos que son necesarios para que salga a relucir la valentía que ha estado tanto tiempo dormida.
 
Sí, definitivamente se ha desatado una nueva pandemia. Y el enigma de su origen ha sido revelado: hay una serie de personas normales, sencillas, desperdigadas aquí y allá, que han encendido su luz, han prendido su pequeña llamita y los distintos vientos, que esperaban para cumplir sus misiones, trasladan y prenden, a su paso, a todos los que esperaban una señal para encenderse.
 
¡Atención! ¡Atención! Sal a la calle en cuanto percibas que sopla el viento en tu lugar... 




              



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