El primer paso para prevenir las enfermedades es cuidar el cuerpo físico, eso implica mantener una buena alimentación, hacer ejercicio, dormir bien y prestar atención a lo que nos dice nuestro cuerpo en forma de “síntomas”. Escuchar el cuerpo ayuda a evitar que los problemas vayan a más, se agudicen o se conviertan en algo crónico. Se trata de mantener una actitud de atención y prevención.
El cuidado de la salud no solo se refiere al cuerpo físico; también incluye el bienestar psicológico y emocional. Actividades como la meditación, el descanso adecuado y las relaciones sociales saludables reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo.
Hoy las condiciones de vida nos permiten tener una mayor esperanza de vida. Una buena salud nos hace disponer de una mayor cantidad de energía para emprender cualquier acción, un mejor rendimiento en nuestras actividades diarias, concentrarnos mejor, trabajar con más eficiencia y podemos vivir más años con mayor independencia y vitalidad. Por otra parte, cuidarte no solo te beneficia a ti, sino también a quienes te rodean. Mantenerse saludable reduce el riesgo de contagiar enfermedades.
El cuidado de la salud no solo se refiere al cuerpo físico; también incluye el bienestar psicológico y emocional. Actividades como la meditación, el descanso adecuado y las relaciones sociales saludables reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo.
Hoy las condiciones de vida nos permiten tener una mayor esperanza de vida. Una buena salud nos hace disponer de una mayor cantidad de energía para emprender cualquier acción, un mejor rendimiento en nuestras actividades diarias, concentrarnos mejor, trabajar con más eficiencia y podemos vivir más años con mayor independencia y vitalidad. Por otra parte, cuidarte no solo te beneficia a ti, sino también a quienes te rodean. Mantenerse saludable reduce el riesgo de contagiar enfermedades.
EL VEHÍCULO DE EVOLUCIÓN - por P. CABEZA
Cuido de mi salud empezando por lo más básico: Mi cuerpo físico. Mi cuerpo es el recipiente donde tienen cabida todos los demás procesos mentales, emocionales y espirituales. Mi cuerpo es mi hogar y mi vehículo al mismo tiempo: como una autocaravana.
Cuido de mi cuerpo como cuido de mi hogar o de mi vehículo: Me ocupo de que todo funcione perfectamente y de hacer las reparaciones necesarias y las mejoras convenientes.
Lo mantengo limpio, acogedor y confortable. Pongo en él cosas útiles, bellas, alegres y divertidas. Conduzco con prudencia, respetando a los que me rodean y procurando dejar un recuerdo agradable en todos los lugares por los que paso.
Lo uso y lo disfruto, sin abusar; aunque a veces, claro, lo descuido, lo olvido y hasta lo abandono. O abuso de él: organizo una verbena demasiado grande para su capacidad, y el «pisito» queda hecho unos “zorros”. Y entonces necesito hacer un esfuerzo extra para recuperarlo.
He oído por ahí, y me parece bastante razonable, que después de este vehículo me darán otro para poder seguir trabajando y evolucionando; pero, pienso yo: ¿cómo me van a dar un vehículo mejor si no he aprendido a usar adecuadamente el que ahora tengo?, ¿quién, en su sano juicio, va a confiar en mis manos inexpertas un vehículo más perfecto y complicado, si devuelvo el anterior completamente destrozado por el mal uso o ni siquiera consigo que dure todo el tiempo necesario?
Por si acaso, yo intento sacarle todo el rendimiento posible, pero sin agotarlo: estudiando todas sus posibilidades, potenciando todas sus aptitudes y mejorándolo sí es posible.
Tengo que conseguir mantenerlo en buen uso todo el tiempo que necesito. Y no es fácil, ¿eh? ¡Que venía sin ningún tipo de instrucciones sobre su duración o su funcionamiento!, ¡que ni siquiera traía el más elemental seguro de circulación!, ¡que hasta hay quién dice que el que la hace la paga!
En ocasiones, en mis días grises, a veces pienso que esto no es serio... En fin...
Cuido de mi cuerpo como cuido de mi hogar o de mi vehículo: Me ocupo de que todo funcione perfectamente y de hacer las reparaciones necesarias y las mejoras convenientes.
Lo mantengo limpio, acogedor y confortable. Pongo en él cosas útiles, bellas, alegres y divertidas. Conduzco con prudencia, respetando a los que me rodean y procurando dejar un recuerdo agradable en todos los lugares por los que paso.
Lo uso y lo disfruto, sin abusar; aunque a veces, claro, lo descuido, lo olvido y hasta lo abandono. O abuso de él: organizo una verbena demasiado grande para su capacidad, y el «pisito» queda hecho unos “zorros”. Y entonces necesito hacer un esfuerzo extra para recuperarlo.
He oído por ahí, y me parece bastante razonable, que después de este vehículo me darán otro para poder seguir trabajando y evolucionando; pero, pienso yo: ¿cómo me van a dar un vehículo mejor si no he aprendido a usar adecuadamente el que ahora tengo?, ¿quién, en su sano juicio, va a confiar en mis manos inexpertas un vehículo más perfecto y complicado, si devuelvo el anterior completamente destrozado por el mal uso o ni siquiera consigo que dure todo el tiempo necesario?
Por si acaso, yo intento sacarle todo el rendimiento posible, pero sin agotarlo: estudiando todas sus posibilidades, potenciando todas sus aptitudes y mejorándolo sí es posible.
Tengo que conseguir mantenerlo en buen uso todo el tiempo que necesito. Y no es fácil, ¿eh? ¡Que venía sin ningún tipo de instrucciones sobre su duración o su funcionamiento!, ¡que ni siquiera traía el más elemental seguro de circulación!, ¡que hasta hay quién dice que el que la hace la paga!
En ocasiones, en mis días grises, a veces pienso que esto no es serio... En fin...
SALUD INTEGRAL – por C. SANCHEZ C.
Aquí estoy, delante de mi ordenador pensando y escribiendo sobre el tema que se ha planteado en la mesa redonda: ¿Cómo cuidas de tu salud?
¿Que cómo cuido de mi salud? Me pregunto…, pues bien, lo cierto es que no la trato demasiado mal cada vez soy más consciente de lo que mi cuerpo me pide y cada vez más le observo y le escucho, todo esto me lo da la inquietud que tengo por aprender y comprenderlo todo, ahora sé a conciencia que todo y todos estamos interrelacionados y que no solamente es darle a tu organismo una buena alimentación, que es muy importante y saber que alimentos te benefician y los que te pueden perjudicar, el hacer ejercicio sobre todo porque te aquieta la mente, sino tan importante como eso es la actitud mental que tengas ante la vida y sus situaciones.
Aparte de cambiar algunos aspectos de mi alimentación, como por ejemplo consumir productos integrales, comer menos carnes rojas, tomar leche de soja, darme tiempo para disfrutar de las comidas sin prisas ni agobios, masticar despacio etc, unos cambios que son beneficiosos para mí, también estoy cambiando en mi manera de observar la vida y de interactuar con todos y todo, tener una actitud positiva, una mentalidad abierta, crecerme ante las adversidades, quejarme cada vez menos y perdonar para poder volver a empezar sé que me producen un bienestar y una satisfacción interna que traslada al exterior un estado de ánimo lleno de felicidad y alegría y esto en definitiva considero que es el verdadero estado de salud, una SALUD totalmente INTEGRAL.
¿Que cómo cuido de mi salud? Me pregunto…, pues bien, lo cierto es que no la trato demasiado mal cada vez soy más consciente de lo que mi cuerpo me pide y cada vez más le observo y le escucho, todo esto me lo da la inquietud que tengo por aprender y comprenderlo todo, ahora sé a conciencia que todo y todos estamos interrelacionados y que no solamente es darle a tu organismo una buena alimentación, que es muy importante y saber que alimentos te benefician y los que te pueden perjudicar, el hacer ejercicio sobre todo porque te aquieta la mente, sino tan importante como eso es la actitud mental que tengas ante la vida y sus situaciones.
Aparte de cambiar algunos aspectos de mi alimentación, como por ejemplo consumir productos integrales, comer menos carnes rojas, tomar leche de soja, darme tiempo para disfrutar de las comidas sin prisas ni agobios, masticar despacio etc, unos cambios que son beneficiosos para mí, también estoy cambiando en mi manera de observar la vida y de interactuar con todos y todo, tener una actitud positiva, una mentalidad abierta, crecerme ante las adversidades, quejarme cada vez menos y perdonar para poder volver a empezar sé que me producen un bienestar y una satisfacción interna que traslada al exterior un estado de ánimo lleno de felicidad y alegría y esto en definitiva considero que es el verdadero estado de salud, una SALUD totalmente INTEGRAL.





































