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EL CAMINO DEL CORAZÓN (PARTE III): Viaje al territorio del Corazón



Maria Pinar Merino Martin

16/05/2019

En el Camino del Corazón se propone un juego: la búsqueda del tesoro. Lo sutil, lo inmanente, está escondido dentro de un cofre, ese cofre está guardado bajo siete llaves y cada llave permite que las cadenas que atenazan al SER vayan cayendo. Es, por tanto, un juego de participación y colaboración, donde todos ayudan a todos a conseguir abrir el cofre.



Un esbozo del viaje

Imagen de Johannes Plenio en Pixabay
Imagen de Johannes Plenio en Pixabay
El viaje comienza en un bosque intrincado, a veces oscuro, espeso y un tanto tenebroso (es un simbolismo de la propia vida). Surgen distintas inquietudes en los caminantes ante lo desconocido, hay quien decide ir por delante, otros les siguen, hay quien se resiste a entrar porque su miedo es superior al tesoro que van a buscar, los hay que toman precauciones dejando señales por el camino para no perderse, hay quien supera las dificultades y ante la falta de una linterna improvisa una antorcha con un palo, unos matojos y un calcetín de nylon. Hay quien se cansa y necesita parar para recuperar fuerzas, no todo el mundo lleva el mismo ritmo, en cambio otro piensa que no es bueno pararse mucho rato porque luego es más cansado seguir y mete prisa al resto.
 
Aparecen los liderazgos -habituales en los grupos-, alguno que toma la iniciativa y arrastra al resto, aparecen también los que –cuando la noche se echa encima- generan ideas prácticas, por supuesto aquellos que tienen miedo de quedarse rezagados porque no desean la soledad y se acurrucan junto a otros. También surgen los que despotrican por el estado de los caminos del bosque y culpan al “ayuntamiento”.
 
De esta misma manera se van sucediendo escenarios a lo largo del viaje iniciático que se convierte en una especie de juego de rol en el que caballeros y damas –en un ambiente medieval- eligen su alias, su estandarte, sus vestiduras, su emblema, sus armas… y se disponen a partir juntos a la búsqueda del valioso cofre.
 
Unos escenarios donde se manifiesta de forma natural la personalidad de cada caminante, donde se plasman claramente sus carencias o necesidades, donde se reconocen las herramientas y habilidades innatas, donde se reciben “dones” cuando el caminante se arriesga y responde a los desafíos y los retos que se plantean… en fin, toda una puesta en escena que permite a cada persona reconocerse a sí misma desde una dimensión desconocida para ella hasta ese momento.

La importancia del entorno natural

Imagen de peter_pyw en Pixabay
Imagen de peter_pyw en Pixabay
Los Caminantes salen del Castillo de la Mente y van en busca del Tesoro al que sólo se puede llegar por el Camino del Corazón, para lo cual deberán centrarse en sus sentimientos y dejar que sea el corazón el que guíe sus pasos.
 
Los caminantes, acostumbrados a manejarse dentro de las coordenadas del mundo de la mente, de lo racional, de lo intelectual, descubren sus resistencias y prevenciones para afrontar la gestión de ese mundo emocional que en muchos momentos de sus vidas han ocultado a los demás e incluso a sí mismos.
 
En su periplo tendrán que detenerse en diferentes "Posadas". En cada una de ellas se plantean retos de carácter emocional que tienen por objeto liberarles de la carga que suponen las experiencias pasadas que aún no están resueltas…, de ese modo podrán caminar más ligeros, más seguros y en sintonía con su programa de vida personal.
 
Utilizamos escenarios naturales para poder vivir con mayor realismo todo lo que se plantea. Muchas de las dinámicas se desarrollan en la naturaleza, con el concurso de bosques, ríos, rocas, montes y cuevas… en cualquier entorno que nos permita recrear las condiciones necesarias para favorecer el despertar del corazón mediante el contacto con la naturaleza.
 
Es una invitación a atrevernos a pensar con el corazón, a expresarnos a través del corazón, a escuchar con los oídos del corazón... En definitiva, a dar al corazón el papel protagonista que le corresponde como generador del impulso evolutivo y dejando a la mente la función de llevar a cabo las "indicaciones" del corazón.
 
Atrevernos a utilizar la herramienta más poderosa que tenemos: el amor, es entrar en un mundo donde la magia, la conexión con las fuerzas de la naturaleza, la sintonía con el otro, la sincronicidad, la fuerza interior y la confianza en la vida se alinean para fluir con los acontecimientos y dar sentido a todo cuanto nos sucede.
 
La propuesta es todo un reto en estos tiempos donde la lógica, el razonamiento y las facultades de la mente priman y son consideradas fuente de conocimiento. Ya no se trata de utilizar más tal o cual hemisferio cerebral, se trata de dar un salto a una octava mayor: usar el corazón.

Photo by Yeshi Kangrang on Unsplash
Photo by Yeshi Kangrang on Unsplash

La magia y la realidad

Los Caminantes que transitan por el Camino del Corazón se dan cuenta de que lo vivido en el "juego" se entrelaza de manera sorprendente con la realidad de su vida cotidiana y que el caminante interactúa en ambos planos convirtiéndose en un auténtico mago o alquimista. Es una nueva forma de concebir la vida abriendo la mente a una nueva dimensión, de tal manera que la realidad se encauza de una manera diferente más acorde con su programa de vida.
 
“Cuando entramos en el camino del corazón, las cuestiones por las que los seres humanos pelean serán vistas como se ve una película o una obra teatral, donde se moverán las emociones, pero no estarán afectando a nuestra cotidianidad.
 
El camino del corazón no nos separa, sino que nos une y lo hace tanto en su trayecto como en sus áreas de descanso.
 
¿Cómo son las áreas de descanso espirituales?
 
Son estados de consciencia donde se percibe el entorno, no como algo donde moverse, sino algo que entra en nosotros. La gente, los animales, las plantas y los minerales no son ya algo fuera, sino que se perciben como algo tuyo, algo que forma parte de ti”.
 
Una vez que lo has experimentado, ya no puedes olvidarlo. Te animamos a que hagas un paréntesis para explorar esta nueva forma de concebir la vida, disfrutando además de un entorno natural, de unas instalaciones fantásticas, de una comida saludable, de una excelente compañía, de tertulias, poesía, música y, sobre todo, amistad.
 
Des-identificarnos de la persona que somos y “jugar” durante un fin de semana a ser el “avatar” que ha elegido favorece que la personas saque lo mejor de sí misma, afloren capacidades y potencialidades innatas que no se habían manifestado porque la vida no le había dado la oportunidad de hacerlo. Es aprender a gestionar las situaciones desde una octava mayor.

La diferencia entre cambio y transformación

Imagen de Monsterkoi en Pixabay
Imagen de Monsterkoi en Pixabay
A veces aprendemos alguna técnica nueva o una metodología que nos parece atractiva, la ponemos en práctica con entusiasmo durante algún tiempo, después el ritmo de vida, las costumbres, los hábitos establecidos, etc. van haciéndonos perder la constancia y poco a poco vamos olvidando esas prácticas cuyos resultados nos parecían fantásticos… el día a día, la falta de tiempo y también la rutina hace que se produzcan en nosotros pequeños cambios que tienen una vigencia limitada.
 
Pero ¿qué ocurre cuando activamos el corazón? Pues imaginemos que en el viaje planteado por el Camino del Corazón nos detenemos por ejemplo en La Posada de la Paz Interior, o que transitamos por el Bosque del Desapego, o que elegimos entre visitar la Cabaña del Alquimista o la Cabaña del Mago… pues bien, en esos “escenarios” se plantean retos que el caminante resuelve con el compromiso que libremente quiere asumir; escribe en su cuaderno ese compromiso consigo mismo y continúa avanzando.
 
Durante el tiempo que ha permanecido en esa posada o itinerario ha estado participando con la activación de su hemisferio derecho y ha “vivido” el supuesto con su ser integral en todos los planos: físico, energético, mental (imaginación, creatividad, fantasía), emocional y también espiritual por la conexión que tiene el corazón con su proyecto vital.

Photo by Mervyn Chan on Unsplash
Photo by Mervyn Chan on Unsplash

Un aprendizaje significativo

La respuesta que el caminante plasma en su cuaderno y que después verbaliza ante los compañeros no está vigente sólo mientras dura el ejercicio sino que se queda una “puerta energética” abierta, de tal manera que cuando la persona, después del fin de semana del curso, regresa a su entorno habitual, se va a encontrar con situaciones cotidianas que le van a facilitar llevar a cabo su compromiso, es decir “vivir” en la realidad lo que “vivió” en el taller como un “juego”.
 
Pero, lo más sorprendente, es que cuando la persona responde tal y como lo hizo en el taller, con el nivel de consciencia que alcanza en el Camino del Corazón, se produce un anclaje, entre el mundo virtual y el mundo real, un aprendizaje significativo que posibilita que esa prueba, lección, circunstancia, situación, etc. que está viviendo, quede totalmente integrada en su psique y en su personalidad.
 
Ya no necesitará echar mano de su memoria, o reproducir tal o cual ejercicio para conseguir un estado determinado o unos efectos deseados, el aprendizaje ha supuesto una transformación: la experiencia está integrada en su ser y forma parte de su bagaje de conocimiento, más bien de sabiduría (el conocimiento aplicado).
 
Así pues, poco a poco, el caminante va superando un montón de escenarios, posadas, itinerarios y propuestas que le van a ayudar a conocerse a sí mismo desde los más variados ángulos, a descubrir sus potencialidades dormidas, a activar sus capacidades ignoradas, a reconocer sus herramientas para superar cualquier situación que la vida le presente.
 
Como todo proceso de transformación no es cuestión de un momento, ni de un fin de semana, sino que se trata de un proceso de despertar de conciencia a través de la activación de la inteligencia del corazón que se produce a lo largo de los años y que nos enseña a interpretar la realidad de un modo diferente y nos permite tomar las riendas de nuestra vida para diseñar el futuro que queremos vivir y sobre todo cómo queremos vivirlo.
 
No tengo duda que el siguiente hito evolutivo al que nos enfrentamos es el despertar de esa Conciencia Global que nos aportan las capacidades del corazón.




              



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