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Recursos internos



Maria Pinar Merino Martin

27/07/2018

“Lo importante no es dónde estamos sino la dirección en la que nos movemos” Goethe



Photo by Olivier Fahrni on Unsplash
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De donde venimos…
 
El siglo XX nos dejó un legado del que no hemos podido desprendernos y que está marcando las primeras décadas del siglo XXI. El “efecto 2000” ocupó páginas y espacios en los medios de comunicación de todo el mundo sembrando la incertidumbre, la inseguridad y el miedo en la mente de todos los ciudadanos de la Tierra a los que llegaba la noticia… Aquello se presentaba como una gran amenaza para la civilización, se vaticinaban problemas insalvables cuando los sistemas informáticos de todo el mundo llegaran a la fecha 00. Las noticias eran alarmantes y, puesto que todo nuestro mundo estaba organizado y dirigido por ordenadores, dibujaban un panorama dantesco en el que múltiples desgracias se producirían a partir del momento en el que el reloj marcase el primer minuto del 1 de enero del 2000.

¡Y pasó ese minuto, y el siguiente, y el siguiente…! Y aquí seguimos.
Pero –como decía antes- aquel episodio marcó una tendencia que se sigue manteniendo por inercia: la sociedad civil sometida a los dictados del miedo. Aquella semilla plantada sigue siendo alimentada y regada por un sistema perverso que sabe que una persona con miedo es absolutamente manipulable.

Photo by Manuel Pena on Unsplash
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Dónde estamos…
 
Hoy no hay efecto 2000 pero aquella amenaza ha sido sustituida por otras: las informaciones sobre el peligro de las tormentas solares siguen circulando libremente por las autopistas de las redes sociales… Los más alarmistas plantean un mundo en el que nada va a funcionar pues las interferencias que las emisiones del Sol causarán afectarán a los sistemas eléctricos, informáticos y de comunicación de todo tipo.

Y cuando hay una tregua en la generación de esas noticias nos llegan otras sobre bacterias (que algunos aseguran creadas en laboratorios) que causan enfermedad y muerte además de cuantiosas pérdidas económicas por las “medidas preventivas” que los gobiernos ponen en marcha para proteger a la ciudadanía.
O nos inducen –empleando campañas de información absolutamente sesgada- a vacunaciones masivas preventivas de males mayores que van a venir.

Además, tenemos el telón de fondo que nos muestra diariamente nuevas imágenes sobre la crisis económica que nos ahoga un poco más que ayer pero menos que mañana.

Y por si eso fuera poco las decisiones que toman los gobiernos y las instituciones, para dar respuesta a todos esos problemas planteados de forma abierta, nos sumen en una completa incertidumbre, sorpresa e inseguridad: Los gobiernos –sean del signo político que sean- sometidos a los intereses del mercado, a la rentabilidad del capital, a la especulación de los “valores” (que circulan de unas bolsas a otras buscando más dinero para los inversores). Se inyecta dinero a las entidades financieras para seguir manteniendo un sistema que está condenado a morir.

Los servidores públicos (políticos) se han olvidado de que deben trabajar para la sociedad, que su trabajo y dedicación deben ir dirigidos a cubrir las necesidades humanas y no a pagar la deuda al Banco Mundial o al Fondo Monetario Internacional.

Photo by Benjamin Davies on Unsplash
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Hacía dónde vamos…
 
La mente humana es –en estos tiempos- especialmente inestable. Se ve sometida a los vaivenes de las emociones, a las presiones del exterior, a los retos que se le presentan a la persona –que son de una naturaleza desconocida- Todos los expertos y analistas de cualquier sector de la sociedad coinciden en que nos encontramos a las puertas de un cambio de proporciones inimaginables, tal vez comparable a la revolución Neolítica. Los sistemas políticos, religiosos, económicos, científicos y de toda índole han hecho crisis y están abocados a una auténtica revolución. Y el problema es que como nunca se había producido una situación similar, los protocolos de actuación que se aplicaban antes ahora no sirven.

Una mente dominada por el miedo no encuentra salida a las dificultades cotidianas, no es capaz de generar soluciones, no accede al potencial creativo que toda persona lleva dentro… una mente dominada por el miedo sucumbe ante los problemas y entonces el desanimo, la desesperanza, la falta de confianza y la inseguridad medran a sus anchas generando somatizaciones que desembocarán en enfermedades tanto físicas como psicológicas.
Para eliminar el miedo y alcanzar la estabilidad mental es preciso que el ser humano encuentre puntos fijos que le sirvan de referencia, pero no los halla ni siquiera en los que aportan las diferentes religiones porque hemos dejado a los dioses un papel secundario, como meras figuras a las que recurrir en casos extremos.

Los dioses son intangibles y en caso de necesidad cotidiana no suelen dar soluciones tangibles, por tanto, las referencias tratan de aportarlas otros estamentos –también con poca fortuna.
¿Dónde se pueden encontrar, entonces, esos puntos de referencia?
Pues sólo en el corazón humano porque allí se encuentra el programa del espíritu que es inamovible por definición.

Photo by Annie Spratt on Unsplash
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Los recursos internos. Los Valores.
 
Para afrontar todas las crisis que aparecen y seguirán apareciendo ensombreciendo nuestra vida cotidiana es necesario volver la vista hacia el interior y buscar apoyo en las referencias que se encuentran en el corazón del ser humano.
Y eso se puede hacer en dos fases: El primer paso es buscar en el cofre de los valores internos Es importante –ya lo hemos publicado en los dos últimos números de la revista- que cada ser humano sea consciente de sus valores, del marco ético que rige su vida y que va a condicionar su manera de entender la realidad, sus relaciones y su escala de valores. Y es que a pesar de todos los condicionantes el ser humano tiene intactos sus valores intrínsecos: la libertad, la verdad, la justicia, la paz y el amor. Estos valores sólo se pueden generar desde el corazón.

El segundo paso es la identificación de sus recursos internos, de las capacidades y habilidades que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra experiencia de vida para echar mano de ellos y utilizarlos para responder a las demandas y retos que se nos presentan.
Cada vez más gente, en cualquier lugar del mundo, empieza a demandar más transparencia y participación en las cuestiones que incumben su vida. Demandan independencia de los vaivenes económicos y no estar sujetos a los especuladores financieros. Piden que las instituciones, de todo tipo, no se vean sometidas al dictado de los poderosos. Que la justicia sea independiente. Que su participación cuente y se escuche su voz.

Todas esas demandas irán en aumento porque la crisis seguirá agravándose y creciendo y eso hará que una multitud de personas en todo el mundo no aguanten más y lucharán con las armas de que disponen: 1º, el control del consumo (ajustando la producción a las necesidades y favoreciendo un reparto justo de los recursos) y 2º, su poder de sufragio no en cuanto a su derecho de ejercer el voto durante unas elecciones, sino en un sentido mucho más amplio: el poder que da la participación consciente en las decisiones que afecten al ser humano y al planeta.

Serán movimientos pacíficos que tratarán de revertir el actual estado de cosas a nivel planetario

Recursos internos

Proyectos y Utopías para un Mundo Mejor
 
La Fundación Valores (www.fundacionvalores.es) desde su creación en 2003 ha llevado a cabo una serie de iniciativas de difusión de la Carta de la Tierra y los Valores Universales, organizando una serie de congresos por distintas ciudades de España bajo el título genérico PROYECTOS Y UTOPÍAS PARA UN MUNDO MEJOR. En estos encuentros, durante todo un fin de semana, se convoca a personas implicadas en el descubrimiento de los nuevos paradigmas que necesita nuestra sociedad en todos sus ámbitos: educación, salud, economía, justicia social, democracia, ecología, etc. Dando cabida también colectivos implicados en los movimientos sociales que buscan alcanzar un mundo mejor para todos.
 
La intención de la Fundación siempre ha sido hacerse eco y sumarse a la energía de cambio y para ello intenta ofrecer Propuestas Realistas para un Mundo Mejor. Los encuentros generan comisiones de trabajo, mesas de innovación en diferentes sectores. Son eventos abiertos y participativos en el que se intenta ofrecer nuevas miradas sobre temas tan complejos como la economía, una invitación a reflexionar sobre la autorresponsabilidad en estos momentos cruciales, la necesidad de ser coherentes apoyándonos en nuestros valores, la oportunidad de encontrar el ritmo adecuado que nos permita vivir plenamente cada situación (María Novo), la verdadera empatía como herramienta fundamental en la convivencia, atreverse a transitar por el Camino del Corazón como una propuesta vivencial buscando nuevas formas de pensamiento, de comunicación y de relación

Sentimos que estamos viviendo una época apasionante y queremos –entre todos- despejar los negros nubarrones que se empeñan en ocultar la esperanza y la luz del futuro cercano… Si erradicamos el miedo nuestra mente será capaz de generar ideas y proyectos realizables que permitirán que los cambios se produzcan por comprensión en lugar de por dolor y de esa manera las sociedades avanzarán hacia una Conciencia Global.




              



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