Nuestra historia comienza en uno de esos caminos, con cinco de esos caminantes, y sus corazones llenos de amor.
Un buen día, Confianza Luminosa, decidió emprender un viaje; era una mujer llena de magia y carisma, con rizos morenos y una gran sonrisa; recorría cada camino con tremenda templanza, su mirada fija en el horizonte le hacía caminar con seguridad, sólo a veces se detenía para observar alguna que otra flor que llamaba su atención. Dormía en Posadas que se iba encontrando en el camino y en cada una de ellas encontraba a alguien que le alegraba el día.
Ese día, estaba decidida a llegar a una Posada llamada el Palacio de los Inicios, allí se decía, que quién llegaba, entregaba unos de sus mejores dones y recibía uno aún mayor. Con paso firme siguió paseando, observando a su alrededor la increíble naturaleza que hacía que su esbelta figura pareciese pequeña al lado de cada árbol con el que se cruzaba.
No llevaba mucho tiempo caminando cuando llegó a un cruce. Cierto es, que, en este paraje, era raro encontrarte con otro camino que no fuera hacia las posadas. Su curiosidad le hizo detenerse y mirar a ambos lados del camino, al final de uno de ellos, observo dos figuras lejanas, se quedó mirando y apreció que se acercaban dos mujeres. Ambas llevaban ropas bellas, largos trajes bordados pero sencillos, con flores en el pelo. Canturreaban y bailaban de lado a lado del camino, una vez que llegaron a su altura, se miraron y enseguida comprendieron que su día empezaba a cambiar. Las dos caminantes enseguida se dirigieron al encuentro de su nueva acompañante.
¡Hola! -exclamaron- Soy Creadora de Magia y mi hermana es Corazón Libre y estamos buscando la Posada del Palacio de los Inicios.
En ese momento, Confianza Luminosa, con su mejor sonrisa, les dijo:
- Pues ya somos tres, de camino voy hacia ella, aunque no esperaba encontrarme con nadie, pero ahora que os veo, me encantaría acompañaros.
Tras un abrazo de corazón, se pusieron a caminar y charlar alegremente. No anduvieron mucho tiempo, cuando a la derecha del camino se encontraron otra senda que se unía al mismo sendero por donde ellas iban, y allí, sentados, entre dos árboles, encontraron una pareja muy dicharachera que debatía qué camino tomar. Ellas amablemente interrumpieron su conversación, preguntándoles hacia dónde se dirigían. Ellos sorprendidos, al ver a las tres caminantes dijeron:
¡Qué bien, por fin algo de ayuda!, - dijo la mujer rubia de ojos claros y amplia sonrisa- Mi marido cree que se ha perdido, cosa rara en él, estamos buscando la posada más cercana para descansar del largo viaje.
Las tres mujeres, se presentaron diciéndoles donde iban. Nuestra pareja se mostró doblemente sorprendida.
Qué casualidad, nosotros también, vamos a esa posada, soy Pura Vida y mi marido es Árbol Sanador.
Tras las presentaciones y unos largos abrazos, decidieron caminar juntos hasta la posada. A los pocos minutos y entre una animada conversación, compartiendo risas y anécdotas, apareció tras un claro una enorme posada. Era de madera, con hermosos balcones llenos de flores, en la puerta, un señor con largas barbas blancas y bajo el cartel de Palacio de los Inicios, les recibió.
Me llamo Sahogen -dijo el Anciano Venerable- habéis llegado hasta aquí porque tenéis un corazón puro y ahora llega el momento de que os cuente cuál es la razón de vuestra visita.
El anciano les condujo hasta la parte trasera de la posada, allí, en un enorme prado de hierba verde, rodeado de grandes olmos, les dijo:
Os dejo aquí, tan sólo tenéis que sentir la naturaleza, ella os dirá que hacer.
Los cinco caminantes, como si lo hubieran hablado con anterioridad, se dirigieron al centro de aquel maravilloso espacio, sin mediar palabra, formaron un círculo y juntaron sus manos, todos comenzaron a meditar con los ojos cerrados y esperando que algo ocurriera. Y así fue, a los pocos minutos en el centro del circulo que habían formado, comenzó a arder una llama, que cada vez se hacía más y más grande. Nuestros caminantes al sentir el calor y la energía que se había creado, abrieron sus ojos.
Cada uno de ellos supo, internamente, que en ese mismo momento qué era aquello que debía entregar, aquello para lo que habían ido, para poder así recibir lo que aquella energía quisiera darles.
La primera en hablar fue: Confianza Luminosa: “Te entrego templanza”, dijo en voz alta. En ese momento el fuego formó una palabra que decía: Paciencia y un haz de luz se dirigió hacia ella mientras le decía: “Te doy la Paciencia que necesitas para recoger aquello que deseas sembrar”. Tras esto y entre el fuego, se formo un caldero, donde chisporroteando miles de colores apareció un frasco con una poción de color azul, Confianza Luminosa recogió el frasco con una palabra escrita en él: PACIENCIA, y en su tapa de lacre, el símbolo de un reloj de arena. Guardó su poción en su cinturón y miró hacia las hermanas.
Ellas supieron que era su turno. Creadora de Magia comenzó a hablar: “Entrego mi serenidad”, del fuego inmediatamente salieron aquellas palabras que esperaba: “Yo te entrego INQUIETUDES, para que puedas convertirlas en objetivos nobles y enriquecedores”. Del caldero que el fuego alimentaba, con otro bello circulo de colores, salió otra opción, está vez de color purpura, con un dibujo de un mar en calma.
Tras guardarlo en su cintura, su hermana Corazón Libre comenzó a hablar: “Te entrego mi comprensión y compasión”. En ese momento, una voz dulce salió de entre las llamas diciendo: “Te entrego las cualidades imprescindibles para desarrollar tu CARISMA, el cual necesitas para vivir tu vida”. Como en las ocasiones anteriores, un nuevo frasco se creó, con la pócima del Carisma, y en su tapa se podía vislumbrar una flor de loto de 20 pétalos.
Tras unos pocos segundos el fuego empezó a tornar a rojo y viró como si de una corriente de aire se tratara, se dirigió hacia Pura Vida, la cual, al ver su preciado color, supo que era su turno, con voz pausada dijo: “Entrego mi disfrute”. El fuego empezó a bailar a su alrededor y entre sus llamas se pudo leer claramente el mensaje que decía: Te entregamos la APERTURA, disfruta con alegría y siente la satisfacción por las pequeñas cosas. En ese momento, en su cintura, apareció una poción con el dibujo de una tortuga en su tapa, en su mirada quedo grabado el brillo de aquel fuego que le había concedido tal privilegio. Pura Vida, giró su rostro y miró hacia Árbol Sanador.
Tan sólo quedaba él, perplejo ante los acontecimientos que había presenciado de sus compañeras del Camino no tuvo más remedio que reír, estaba tan nervioso que tan solo pudo decir entre carcajadas: “Te entrego mi humor”. En ese momento un montón de llamas formaron caras sonrientes de color verde que le dijeron: Te damos SINCERIDAD, para que, a través de ella, sepas comunicar a quien más te quiere, tus necesidades, utilizala sabiamente y sé sincero en tu vida. Tras mirar hacía su cintura y para no ser menos, el fuego depositó otra poción en su mano, y en la tapa lacrada se dibujo la cara de un niño muy joven.
Tras la emoción del momento, el fuego retornó a su inicio y en el caldero quedaron un sinfín de colores, girando en una nueva poción mágica… Y desde aquel preciso momento, cada caminante del camino que llegara allí, disfrutaría de aquellos dones, que antes sus compañeros habían entregado.
Exhaustos, los caminantes partieron hacia la Posada, donde Shaogen les esperaba con una buena comida, rodeados de caminantes que habían ido llegando y que se preparaban para vivir aquella maravillosa y mágica experiencia
Raquel_Confianza Luminosa, Begoña_Corazón Libre, Marisol_Creadora de Magia, Sara_Pura Vida y Pepe_Arbol Sanador).