La Esfinge y el Caminante - IV



Luis Arribas Mercado

21/10/2022



Foto de Dmitrii Zhodzishskii en Unsplash
-Hola Esfinge.
 
-Buenas noches, Caminante ¿De dónde vienes y a dónde vas?
 
-Esas son preguntas muy trascendentes; podría contestarte que vengo de la oscuridad y me dirijo a la luz; vengo de la ignorancia y me dirijo al conocimiento...
 
-Esas palabras me parecen propias de un buscador y, al parecer, hay muchos hoy en día....
 
-Escucha, Esfinge, quiero preguntarte a ti, que llevas milenios observando el devenir humano, ¿cómo ves el estado de la humanidad en estos momentos?, ¿crees que nos dirigimos sin remedio al fin de nuestros días?
 
-Esa misma pregunta me la hicieron otros antes que tú: faraones, Cleopatra, Julio César, Napoleón... y a todos ellos les respondí lo mismo: nada es inmutable, nada permanece, todo es cambiante como el viento. Las culturas y las civilizaciones desaparecen y sólo permanece el espíritu que anima al ser humano, eso es lo único inmutable y gracias sobrevive y renace, vuelve a unirse con sus semejantes y comienza una nueva andadura. Afortunadamente parece que ahora soplan vientos de consciencia superior a los de épocas pasadas, en los que la ignorancia imperaba entre vosotros. Cada día pasan por delante de mí multitud de hombres y mujeres que están tratando de que las razones del corazón se impongan a las de la mente, sabiendo que ése es el camino para que alcancéis el objetivo tan soñado de acceder a un nivel evolutivo superior.
 
-Pero estamos tan condicionados...
 
-Siempre es la misma excusa ¿quién no ha estado condicionado a lo largo de la historia? Los mismos grandes conquistadores estuvieron condicionados, los investigadores, los descubridores de tantas y tantas cosas que os han hecho la vida más sencilla también se han visto condicionados y, sin embargo, gracias a su fuerza interior supieron sacar adelante sus ideales. Así que si vuestro deseo es superar las adversidades no os queda más remedio que mirar hacia dentro y confiar en vuestra fuerza interior.
 
-Gracias y buenas noches, Esfinge...
 
-Hasta otro momento, Caminante






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