Abuelos



Luis Arribas Mercado

01/01/2022

No va por mí esta reflexión, aunque soy abuelo y doy gracias por ello. Va, fundamentalmente, por todos aquellos abuelos que habiendo sido los grandes olvidados de los políticos, se han vuelto a convertir, por obra y gracia de la crisis, en el sostén económico de la familia.



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La pensión es para muchas de ellas el único ingreso con el que cuentan, ya que el paro ha hecho mella en muchos hogares españoles. Así, los padres vuelven a acoger a sus hijos, pero que no vienen solos, que suelen traer con ellos a la pareja y sus hijos, de tal manera que una pensión de 1.000 euros, por ejemplo, tiene que mantener a 4, 6 u 8 personas... eso cuando llega a 1.000 euros, que no suele ser la media.
 
Hace un tiempo, pusieron en la televisión un anuncio de una ONG en la que se veía a unos niños comiendo y preguntando a su abuela por qué no comía con ellos, mientras ella, con una cara de tristeza imposible de describir, se ocultaba detrás de la puerta de la cocina mientras les decía que no tenía hambre... y se me saltaban las lágrimas al verlo, porque era algo que no debería suceder en un país como el nuestro, donde tanto se alardea de ser la cuarta potencia económica de Europa. Dicen, no hace muchos días, por la televisión que uno de cada cuatro españoles viven una situación de pobreza ¡un 25% de compatriotas! Este es un dato realmente inadmisible que haría que se le cayera la cara de vergüenza a cualquier gobierno.
 
Porque es algo real, dicen que hay gente que cae desmayada en la calle por falta de alimento, ancianos que se deben cubrir con mantas por no poder pagar la calefacción ni la luz y que tampoco pueden pagarse los medicamentos debido al copago impuesto por el gobierno. Cada día hay más personas en las “colas del hambre” e incluso rebuscando en los contenedores al lado de los supermercados, tratando de encontrar algo para llevarse a la boca aunque esté caducado… Ya escribí en otro artículo, que la pandemia era sobre todo económica, que no era producida por un virus sino por las decisiones arbitrarias de quienes nos gobiernan, sean del partido que sean. Y lo peor es que no aprenden, a pesar de la evidencia de que no están haciendo las cosas bien.
 
Los abuelos son los que mayores sacrificios han estado haciendo por este país, así lo creo y así lo expongo y hora es ya de que quienes tienen la responsabilidad de gestionarlo, se dejen de calentar butacas del Parlamento o de los ministerios y bajen a la calle a enterarse de cómo va eso que llaman ayudas sociales, Ley de Dependencia o de prestaciones a los más desfavorecidos. Seguro que, si tienen un mínimo de vergüenza, algo en su interior se removerá y dejarán de lanzar discursos llenándose la boca con afirmaciones sobre lo bien que va todo en este bendito país, algo que ni ellos mismos se creen.
 
Perdón por el arrebato.






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